Todos somos propensos a padecer altos niveles de estrés generados por nuestras responsabilidades diarias. Aprende cómo manejarlo para evitar enfermedades.

 

 

No dejes que el estrés acabe contigo.

Realizar diferentes actividades, ser organizado y tener hábitos saludables puede ayudarte a eliminarlo.

 

El ritmo de vida al que estamos acostumbrados actualmente está lleno de actividades que debemos realizar y dejar listas durante el día. Al estar inmersos en esta rutina, muchas veces no somos conscientes del nivel de estrés que manejamos, los efectos que éste puede tener en nuestra vida personal y laboral y la importancia de combatirlo.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, OMS, el estrés laboral es una enfermedad real que afecta negativamente la salud física y sicológica de las personas, y puede impactar la productividad y el clima laboral.

Si eres uno de aquellos que se sienten fuertemente afectados por las presiones laborales, no te preocupes, hoy te ofrecemos algunos consejos que puedes implementar para disminuir las tensiones propias de las actividades diarias, mejorar tu calidad de vida y evitar llevar las tensiones a casa.

¡Toma nota!

Mide bien tú tiempo: Pon el despertador unos minutos antes, tómate el tiempo necesario para estar listo y sal al trabajo con tranquilidad, de esta manera evitarás las tensiones que pueden generarse por el fuerte tráfico y las horas pico.

Tus ratos libres y tus hobbies son importantes: Saca tiempo para realizar aquellas actividades que para ti son placenteras, compartir con tu familia, aprender nuevas habilidades o simplemente descansar.

Ten presente las tareas del día: Haz una lista de los pendientes que tienes para el día, prepara los elementos que necesitas para desarrollar cada tarea y estipula un tiempo para cumplirlas.

Establece prioridades: En relación con el punto anterior, es muy importante que tengas en cuenta cuáles tareas deben ser realizadas primero y cuáles pueden esperar un poco más.

¡Rompe la rutina en el trabajo!: Siempre es necesario un descanso y un momento de relajación. Cada 45 minutos recuerda realizar tus pausas activas, éstas pueden ir desde ejercicios de estiramiento, hasta cortas caminatas por la oficina o un pequeño descanso mientras tomas un café con algunos compañeros. Recuerda que hacer pausas activas te ayuda a aumentar tu concentración y promueve la salud en el trabajo.

Dile Sí a la alimentación saludable: Una buena alimentación debe estar presente en cada momento de tu vida. En las mañanas, asegúrate de empacar tus meriendas para el día; puedes incluir fruta, sánduches, jugos o batidos naturales y frutos secos. ¡No olvides el consumo de agua!

Organiza tu lugar de trabajo: Así sabrás exactamente dónde está cada cosa que necesitas y trabajarás en un ambiente agradable.

Mantén una buena relación con tu jefe y tus compañeros de trabajo: El diálogo y el trabajo en equipo son fundamentales para tener un buen clima laboral y ser eficiente en las labores.

Al salir del trabajo, ¡desconéctate!: En casa, procura no usar tu computador o tu teléfono móvil para asuntos laborales. Utiliza estos momentos para relajarte y compartir en familia.

Descansa: 8 horas diarias es el mínimo de tiempo que debes dormir cada noche.

No dejes que el estrés acabe contigo. Realizar diferentes actividades, ser organizado y tener hábitos saludables puede ayudarte a eliminarlo. Recuerda que para tener una vida sana es importante alimentarte de forma balanceada, dormir lo suficiente, realizar actividad física y buscar momentos de esparcimiento.