Productividad, seguridad y habilidades sociales van de la mano.


 
 

En una ocasión al finalizar un partido de fútbol, le preguntaron al entrenador, ¿buscaron el gol hasta que lo encontraron?, la sabia respuesta del técnico fue: “No buscamos el gol, este llegó como el resultado de jugar bien, del trabajo en equipo, del entrenamiento, de la buena comunicación y del respeto y buen entendimiento que existe en nuestro grupo, aún en los momentos difíciles”.

Una situación similar se vive a diario en el mundo laboral, la productividad llega como consecuencia de múltiples factores, entre ellos las habilidades técnicas (saber hacer) y las habilidades sociales (saber ser). Descubrir estas últimas en los líderes de proceso y fortalecerlas en el resto del personal, es tan importante como tener presupuesto y mano de obra calificada.

Un líder de proceso que posee buen manejo y control de sus emociones sabe cómo actuar cuando se presentan situaciones de tensión, estrés, retrocesos o amenazantes tanto internas como externas. En estos casos será un facilitador para superar la dificultad. Pero si sus habilidades sociales son limitadas (empatía, colaboración, escucha, tacto, “don de gente”…) seguramente será el palo que se atraviese en la rueda.

Asegúrese de que los líderes de su compañía sepan o tengan:

Capacidad para reconocer cuándo se equivocan y retomar el camino adecuadamente.

Creatividad y flexibilidad frente al cambio.

Establecer planes de acción para mejorar sus fortalezas de liderazgo.

 

Conocimiento y adecuada utilización de diferentes canales de comunicación.

Empatía y comprensión con los miembros de su grupo.

Fortalezas para el desarrollo de trabajos en equipo.

Incluya en la programación de su empresa actividades que le permitan a todo el personal:

Crecer personal y familiarmente.

Trazarse objetivos que hagan realidad su proyecto de vida.

Mejorar el autoconocimiento de sus fortalezas, miedos y debilidades.

 

 

Identificar la misión, la razón de ser de su existencia.

Desarrollar la autoestima, el respeto y la aceptación por sí mismos.

Desarrollar habilidades y planes de autogestión.

Tenga presente que los mejores procesos de acompañamiento y formación para todos sus trabajadores son aquellos que incluyen tanto actividades grupales como consultas individualizadas. Los talleres donde se desarrollan técnicas como el aprendizaje experiencial a través de juegos, lúdica y cambios de roles son ideales para este tipo de actividades pues facilitan la convivencia y estrechan los lazos de grupo.

Gerencias de puertas abiertas para:

Conocer las dificultades laborales del día a día ? Identificar los sueños de sus trabajadores ? Flexibilizar las decisiones en momentos particulares ? Hacer efectivos los canales de comunicación tanto para bajar como subir información ? Saber escuchar a todos los trabajadores.