Dele norte a la formación de su compañía.

 
 

Los expertos en competitividad mundial aseguran que la diferencia entre ser bueno y ser muy bueno está en el conocimiento y la actitud. Es precisamente ahí donde el programa de formación que usted tiene planeado para su empresa juega un papel fundamental, pues aparte de contribuir con las habilidades profesionales, está apostándole al concepto de salario emocional, que cada vez demanda con mayor frecuencia la población trabajadora.

Del hoy hacia el futuro
En el proceso de planeación en formación es importante conocer cuáles son las competencias que necesita la persona para el puesto actual o la labor que está desempeñando, y además cuáles son las que requiere para estar alineada con el futuro en la organización. Esto es lo que se busca:

Evaluar su desempeño individual y su capacidad de trabajo en grupo.
Conocer sus expectativas laborales y personales.

 

Visionar los cambios del puesto o actividad a corto, mediano y largo plazo.
Identificar la brecha entre la realidad y la deseabilidad que se tiene de la empresa y del puesto o función.


La forma es tan importante como el fondo
Una vez identificados los vacios, planeados los temas y definidos claramente los objetivos, se debe determinar cuáles son las estrategias para llegar acertadamente a cada persona o grupo de trabajadores, teniendo en cuenta que no todas las personas aprenden de la misma manera. Es necesario crear escenarios en los cuales se activen los canales auditivos, visuales, sensoriales, olfativos y gustativos. Somos seres integrales, y como tal es nuestro sistema de aprendizaje. Algunas claves son:

A nivel gerencial se utilizan frecuentemente conferencias y charlas magistrales.
Los rangos intermedios prefieren los talleres y charlas teórico-prácticas.
Los grupos operativos requieren estrategias que activen todos sus hemisferios.

 

Formador de formadores
No todas las personas están capacitadas para formar exitosamente. Aparte del conocimiento, se requiere la habilidad para saber llegar, convencer, agradar y asegurar que los objetivos se cumplan a cabalidad. Por eso es tan importante hacer una buena selección y formarlos permanentemente, especialmente en andragogía (enseñanza para adultos).

Evitar el efecto fogonazo
Un proceso de formación debe ser sistemático, ordenado y periódico. Si no existe continuidad, se corre el riesgo de ser una simple llama que se apaga ante la falta de combustible.


Capacitar es sólo una parte

Para transformar una compañía, alcanzar resultados realmente competitivos y asegurar su permanencia en el largo plazo, se requiere, aparte de formación, otra serie de estrategias claves, entre las que se encuentra la gestión del riesgo ocupacional, con ARL SURA como aliado y coequipero.

Artículo desarrollado con el apoyo de Gabriel Eugenio Ramírez
Profesional de capacitación ARL SURA

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