Primera etapa: el facilitador lidera el programa que se centra en la explicación básica del proceso que desarrollará el personal, cada uno de sus momentos, los riesgos y los modos de hacerlo para que no se materialicen daños, ni para el recurso humano, ni para la compañía. Esta primera fase termina cuando se tenga total seguridad de que el personal haya asimilado todos los conocimientos. Aplicar test es una buena estrategia.
Segunda etapa: corresponde a un proceso de interacción en el que es el trabajador quien habla y explica la forma de desarrollar el trabajo, mientras el facilitador observa cómo se desempeña. Hacerle preguntas claves como “¿qué pasaría si…?” llevará al empleado a que piense y exprese con tranquilidad cuáles serían las consecuencias de esas variaciones en el oficio o profesión.
Tercera etapa: el trabajador desarrolla su oficio solo, mientras que los niveles de intervención del facilitador son cada vez menores. Se verifican los aspectos críticos del trabajo para constatar que se estén ejecutando bajo su control.
Cuarta etapa: se libera al personal para que desarrolle su trabajo incorporando los procedimientos y los estándares definidos y establecidos.
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Quinta etapa: corresponde al proceso de mejoramiento continuo donde el trabajador propone innovación con creatividad y el empleador mantiene un programa estructurado de capacitación, formación y entrenamiento. En ARL SURA estamos listos para acompañar su Sistema de Gestión del Conocimiento. Por ejemplo, dentro de la Estrategia de Formación para la Cultura del Cuidado existen capacitaciones diseñadas para mejorar los procesos de inducción, capacitación y entrenamiento. Están dirigidas a líderes, supervisores, mandos medios y facilitadores. La formación viene acompañada de herramientas teórico-prácticas que le ayudarán a hacer una revisión y mejoramiento de su programa.
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