Cifras mundiales llaman la atención.

 

 
 

Registrar tasas históricas de reducción del desempleo, como el 9.8 de diciembre de 2011, sin duda es un gran logro para el desarrollo nacional al contar cada día con mayor número de personas y familias que encuentran en su trabajo a un medio para el mejoramiento de su calidad de vida.

Asegurar que ese inicio laboral sea 100% seguro debe ser un compromiso de país, máxime cuando se conocen análisis mundiales y colombianos en los que se observa una relación directa e indirecta entre los picos de crecimiento de las economías y el aumento de la accidentalidad del personal recién vinculado. Por ejemplo, en las cifras de ARL SURA del año pasado, aproximadamente 64.514 trabajadores con menos de 6 meses en el puesto de trabajo sufrieron un accidente laboral.

Los sectores que marcaron los mayores porcentajes de esta accidentalidad son:

Empresas temporales: 23%
Construcción: 19%
Servicios generales: 16%
Comercio y financiero: 9%

Estos renglones económicos, precisamente, se caracterizan por: proveer el mayor número de personal nuevo, como son las temporales; contar con alta rotación, como es el sector de la construcción, que además, al agotarse el recurso calificado de una región, acude a personal flotante, como desplazados; tener poca formación en seguridad, como son los trabajadores de servicios generales; presentar alta informalidad, como lo es una parte del sector comercio.

Lesiones más frecuentes en personal nuevo Las características mencionadas anteriormente, sumadas a la rapidez de las vinculaciones y la falta de programas estructurados de inducción y formación técnica y en seguridad, han llevado a que el inicio de contratos laborales o las reincorporaciones, desafortunadamente, estén rodeados por accidentes como:

Golpes, choques, machucones, pisadas.
Caídas a nivel en desplazamientos en el lugar de trabajo.
Sobreesfuerzos, falsos movimientos.
Heridas en las manos.
Cuerpos extraños en los ojos.
Lesiones con las herramientas de trabajo.


 

Otros factores que tienen influencia en estos resultados son la falta de procesos de selección adecuados, la poca costumbre del personal en la utilización del equipo de protección personal, el nerviosismo por el inicio del nuevo trabajo, la sobredemanda física o mental con el ánimo de ganarse el puesto y el desconocimiento del sitio de trabajo.

Ante este panorama, una buena reflexión para el país empresarial es siempre tener presente la famosa frase de Napoleón Bonaparte: “Vísteme despacio que voy deprisa”.

Asegure un recurso humano de largo plazo

Buen proceso de selección.
Programa estructurado de inducción.
Formación técnica.
Formación en seguridad.
Acompañamiento.
Reinducciones.

Artículo desarrollado con el apoyo de Carlos Velásquez
Profesional ARL SURA