El nuevo desafío de las administradoras de riesgos laborales.
El Sistema de Riesgos Laborales ha tenido en las administradoras una guía, un acompañamiento y un direccionamiento para que las organizaciones, cualquiera que sea su tamaño o clase de riesgo, dispongan de los elementos necesarios para saber diagnosticar sus riesgos prioritarios, y cuenten con un plan de trabajo que se implemente con el fin de reducir los riesgos (inherente y expresado) y las consecuencias de los mismos. De igual forma, orientan los sistemas de evaluación para que los actores del Sistema de Riesgos Laborales conozcan el impacto en la salud de los trabajadores y en la productividad de las empresas.
Según el informe de octubre de 2012 de la Federación Colombiana de Aseguradores (FASECOLDA), gremio que agrupa a las Administradoras de Riesgos Laborales (ARL), en los últimos 10 años éstas han contribuido con la mejora de la cobertura de los trabajadores dependientes, ya que se pasó del 40.3% en el año 2002 al 95.4% en el año 2012 (datos a octubre). Adicionalmente se observa un descenso del número total de accidentes en un 19.5% comparativamente con los accidentes ocurridos en el mismo período del año 2011 (enero – octubre). Así mismo se ha logrado mantener saludables al 93.8% de la población afiliada pues la tasa de accidentalidad es del 6.2%.
Podríamos decir que se ha realizado un buen trabajo al mejorar la cobertura y al aportar positivamente al desarrollo y competitividad del país ya que contribuimos no sólo con la calidad de vida de los trabajadores que sufrieron accidentes de trabajo, sino que también aportamos a la competitividad de las empresas afiliadas dado que, de acuerdo con el conocido iceberg de los costos de la accidentalidad, por cada peso invertido en la atención del trabajador lesionado, la empresa ha invertido entre 5 y 50 veces más por daños a la propiedad y de 1 a 3 en gastos no asegurables .
Sin embargo también es claro que aún se tienen desafíos qué enfrentar como el crecimiento del número de enfermedades laborales (un 22% con respecto al mismo período de enero a octubre del año 2011 ). Igualmente desde el accidente laboral existen retos como el hecho de que el 40% de los accidentes de trabajo se presentan en los trabajadores de menos de 6 meses en el oficio, y además que el 30% de accidentes corresponden a personas que han tenido 2 o más accidentes en un año .
Los datos anteriores nos permiten hacer conciencia sobre la necesidad de realizar nuevos aportes a las soluciones que hemos generado hasta ahora, para que podamos abordar no solamente las situaciones presentes sino las situaciones futuras como la multicausalidad de las enfermedades laborales, la obesidad y el envejecimiento como riesgos emergentes, el acercamiento a las poblaciones jóvenes que entran a las empresas sin experiencia ni formación en los riesgos, el impacto del cambio climático, entre otros.
Es claro que las Administradoras de Riesgos Laborales hemos concentrado nuestras acciones de asesoría y capacitación para el saber en las empresas, de ahí que tengamos cada vez más desarrollos en la forma que detectamos los riesgos en las empresas y en las personas. También es claro que hemos trabajado en apoyar la implementación, desarrollo y fortalecimiento de sistemas de gestión que logren, en los trabajadores y sus líderes, el saber hacer dentro de las organizaciones de una manera estandarizada. Es por ello que se cuenta con formatos, instrucciones, permisos, que se integran al proceso productivo de las organizaciones.
Sin embargo creemos que es necesario complementar estas propuestas con un abordaje desde lo humano, una perspectiva nueva que no parta del mundo exterior de las personas (conocimientos técnicos y/o científicos y estándares) sino que proceda de sus propios descubrimientos, de sus propios análisis, a partir de un proceso de introspección, desde y en la vida cotidiana. Es decir, no basta con tener los conocimientos técnico – científicos sobre los riesgos, ni tampoco con contar con sistemas de gestión implementados, se requiere de nuevas capacidades al interior de las personas, capacidades puestas en práctica para generar nuevos avances en materia de salud y seguridad desde el trabajo pero con impacto en la familia y en la esfera social.
Creemos entonces que es posible permitirles a nuestros trabajadores re-descubrir una capacidad que es ontológica al ser humano: El Cuidado. Re-descubrir el cuidado para que se convierta en vivencia y por lo tanto en cultura, tal como lo expresa Humberto Maturana: “La cultura es una red cerrada de conversaciones que define y constituye todo el quehacer de una comunidad humana” .
El concepto del Cuidado como “el saber Cuidar” ha sido desarrollado por Leonardo Boff como uno de los valores del nuevo paradigma de la civilización: “El cuidado asume la doble función de prevención de daños futuros y regeneración de daños pasados.” (L. Boff).
Según este autor, el cuidado, tiene múltiples dimensiones: cuidar de sí mismo, de los otros que están conmigo (sean cercanos, lejanos o extraños) y del lugar en que vivo o sea de mi planeta. Podemos concluir que es a través de la acción ética del cuidado, que emerge de cada uno de nosotros, la mejor forma de relacionarnos con un riesgo sin hacernos daño, donde debemos tener en cuenta el cómo los líderes de cada organización movilizamos los recursos necesarios para cuidar a los colaboradores, cómo cuidamos de los recursos y bienes de la empresa para la que trabajamos y cómo somos facilitadores para que los integrantes de nuestras familias aprendan a cuidar de sí mismos, de la sociedad y del planeta.
El desarrollo de una cultura basada en el valor del cuidado, está en la misma línea de la construcción de una cultura global de salud y seguridad que nos propone la Organización Internacional del Trabajo (ILO por sus siglas en inglés) en el congreso de Turquía de septiembre de 2011 , sin embargo pretende ir más profundamente al trabajar desde el SER de los trabajadores y líderes empresariales.
Movilizar a nuestras empresas afiliadas hacia el desarrollo de una Cultura del Cuidado es una propuesta de largo plazo, arriesgada pero profundamente humana, que pretende sumar, complementar, y enriquecer nuestras propuestas actuales, para llevar a nuestras empresas y al país mismo a nuevas dinámicas en el abordaje de la salud y seguridad en el trabajo, partiendo no sólo de la gestión de los riesgos mismos sino desde el entendimiento de la responsabilidad en el cuidado integral de la vida con dignidad.
La propuesta es trabajar desde la socialización del concepto del cuidado y lo que significa en cada contexto organizacional, desarrollar un proceso de formación en el concepto del cuidado, partiendo de los significados individuales, realizando mesas de trabajo para que, de manera participativa se de-construya y reconstruya el concepto y los correspondientes comportamientos esperados dentro y fuera de la organización Así mismo es fundamental la complementación de las herramientas de soporte existentes en las empresas, para que finalmente puedan visibilizarse y comunicarse las experiencias exitosas y los aprendizajes de mejora que deben compartirse desde lo individual hasta lo colectivo.
En conclusión hoy tenemos un nuevo rol transformador y trascendente, ya que debemos lograr, a través de la integración de nuevas apuestas éticas y metodológicas, la movilización del aprendizaje del cuidado, donde a partir de los espacios organizacionales, como nuevos ambientes educativos, se reconozca al trabajador como un ser humano lleno de potencialidades y capacidades, permitiéndole participar en las propuestas e implementación de acciones innovadoras que logren el desarrollo de una cultura del cuidado, que se manifieste desde el cuidado de sí mismo, de sus compañeros y de la empresa; llevando estas prácticas a su familia y a su comunidad.
Es cierto que esta apuesta requiere de un trabajo intersectorial e interinstitucional sin embargo, somos responsables de dar los primeros pasos, dinamizando las acciones al interior de las empresas afiliadas, sus trabajadores y sus familias para lograr un país que se cuide y pueda superar exitosamente los desafíos de la globalización con responsabilidad y confianza.
Realizado por:
Yanet Zapata Tamayo
Gerente Técnica Nacional
Seguros de Riesgos Profesionales Suramericana (ARP SURA)
Médica Especialista en Auditoria Médica (convenio CES – EAFIT)
Master en Dirección y Gestión de Servicios de Salud (OISS – Universidad Alcalá)
Estudiante de Maestria en Educación y Desarrollo Humano (CINDE – Universidad de Manizales).