“Divino tesoro”,
sería la respuesta preferida de la gran mayoría de personas al referirse a la capacidad que tenemos para oír. ARL SURA te invita a poner oído al estilo de vida saludable, dentro y fuera del trabajo, en beneficio de ese gran regalo llamado audición.
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La disminución de la agudeza o capacidad auditiva, de acuerdo con los análisis mundiales, es una condición que, en determinados momentos, puede ser considerada como una enfermedad laboral, teniendo presente que la exposición frecuente a determinados niveles o intensidades de ruido, termina por deteriorar los órganos que hacen posible la audición.
Esto sucede al interior de tu oído
Cuando estás expuesto a ruidos frecuentes, de intensidades medias y altas, la presión que estos ejercen en las diferentes partes de tu oído, lentamente, va causándote una especie de fatiga que se traduce en pérdida gradual de la capacidad de oír; con una característica especial, esta disminución es casi imperceptible, pasa sin que te des cuenta.
Con el paso de los años serán tus familiares, compañeros de trabajo y jefes los primeros en enterarse de que algo no anda bien, al presentarse situaciones como:
Cuando la exposición es a ruidos de altos niveles, además de acelerar el proceso de pérdida de la audición, se puede ver acompañado de dolores de oído y cabeza, o incluso de la ruptura del tímpano.
Protege a tus oídos desde la empresa
Pregúntale al equipo de salud laboral, cuál es la intensidad de ruido a la que estás expuesto y si requieres uso de protectores auditivos.
Utiliza sagradamente los protectores auditivos y realiza un adecuado proceso de higiene de estos.
Indaga con tus superiores sobre los valores concretos de reducción de ruido que te ofrece el modelo de protectores auditivos que estás usando.
Consúltale a tu jefe qué otras alternativas se podrían utilizar para reducir o controlar el ruido, como: modificación de procesos, utilización de barreras, rotación de personal, entre otros.
Cada que cambien una máquina o equipo en tu área de trabajo o cerca de esta, pídele a tus superiores que realicen un nuevo análisis de intensidad de ruido.
Investiga con el área de salud laboral, cada cuánto tiempo te deben realizar exámenes auditivos empresariales y lleva en una libreta el control de las fechas y de los resultados. A propósito, pregúntale al profesional que te realice las pruebas, qué significan, para tu salud diaria, los números que te esté leyendo.
Proponle a tu empresa la ubicación de áreas de descanso alejadas de las zonas de producción.
Si estás expuesto frecuentemente a químicos, indaga con tus superiores, qué protección especial requieres.
En tu vida personal
Una saludable limpieza de la zona auditiva sólo incluye el área de las orejas, de ahí hacia adentro debes abstenerte de utilizar copitos, algodón, ganchos, los dedos o cualquier otro elemento.
Reduce la visita a discotecas, bares o sitios de diversión en los que estés expuesto a altos volúmenes de ruido. Ubícate los más alejado posible de los amplificadores de sonido.
Si vas a emplear audífonos, utiliza el mínimo volumen posible. Este sonido debe ser imperceptible a las personas que estén a tu alrededor.
Educa a tu oído para escuchar los volúmenes de la radio y la televisión dentro de los niveles saludables.
Ten especial cuidado con tus oídos cuando se presenten catarros, gripes o infecciones, que a la larga pueden causar pérdida auditiva.
Si te gusta asistir frecuentemente a piscinas, charcos, ríos, mares, canchas de tejo o campos de tiro, utiliza protectores auditivos.
Alejate del humo del tabaco o cigarrillo; algunas de sus sustancias pueden causar deterioro auditivo.
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