Asertividad, tema para sus grupos primarios.

 

 

Tan importante es que sus trabajadores sepan sobre los aspectos específicos de su negocio, como sobre el manejo de la comunicación asertiva.
ARL SURA lo invita a preservar la estabilidad de su empresa,
desde el fortalecimiento de las habilidades del ser.

Recomendado:

Líderes de proceso con buenas habilidades sociales

 

Destacado

Cuidar a sus empleados también es entregarles herramientas de comunicación que les faciliten su relacionamiento tanto con los compañeros como con el resto de la sociedad.

La estructura de personalidad se mantiene dentro y fuera del trabajo, por lo tanto aportar a su fortalecimiento también es apostarle al mejoramiento de los indicadores de salud, seguridad y calidad.

 

 

¿Por qué dije que sí, si en realidad quería decir que no (o viceversa)?

Una pregunta que muchas veces los seres humanos nos hacemos y que se convierte en un dedo acusador cuando la falta de coherencia con nuestro pensamiento trae consecuencias negativas, por ejemplo, cuando sus empleados:

Son conscientes de que deben usar los equipos de protección personal, pero ante una burla de otros compañeros, deciden no usarlos.

Saben que deben seguir un protocolo de seguridad, pero ante la premura de un requerimiento urgente, se los saltan o incitan a dejarlos a un lado.

Reconocen que el cuidado debe estar presente en todos los momentos de la vida, pero por pena, aceptan que un familiar alicorado los lleve en su vehículo.

Es ahí donde aparecen dos elementos fundamentales

Autoestima: es clave que incluya este tema en su programa de formación empresarial.

Asertividad: asegúrese de que en los grupos primarios de su compañía se traten técnicas de asertividad, entendida como la manera de expresar opiniones de manera serena y constructiva, sin agresividad, pero tampoco sumisión y sin imponer a los demás o callar por temor.

Algunas técnicas de asertividad

Disco rayado: ante situaciones en las que otra persona insista repetitivamente en peticiones u órdenes que no estén ajustadas a nuestros protocolos de seguridad o ética:

Una y otra vez, sin alterarse, ni caer en provocaciones, explicar muy bien los argumentos hasta que la otra persona se dé cuenta de que no logrará nada con sus ataques o manipulaciones.

Al repetir el mensaje, no utilizar las mismas palabras, debido a que puede ser visto como una conducta agresiva y poco asertiva.

Recordar que es un derecho, mantener los argumentos ante la insistencia de peticiones erróneas.

Describir en vez de evaluar: cuando no se es consciente del manejo y repercusiones de evaluar correctamente, se puede caer con facilidad en hacer juicios que califican a la persona y no a la acción. De ahí que lo ideal siempre es acudir a la descripción de situaciones.

En vez de señalar que “es muy perezoso”, es mejor decir, “en determinado proceso se ha tomado atajos repetitivamente”.

Aceptar que los humanos se equivocan: en el momento en que se cometan errores es importante aceptarlos con total sinceridad, pero además ir más allá.

Si es el caso, dejar claro que una cosa es la acción y otra es que ese acto nos convierta en malas personas.

Identificar los aspectos en los que se ha fallado y asumir el compromiso real de corregirlos.

Asegurar la comprensión del mensaje: con frecuencia las discusiones tienen su origen en una situación tan sencilla como es la diferencia entre el “yo te dije” y el “tú me entendiste”. Para evitar caer en imprecisiones:

Por más sencillo que sea el tema, resumir en nuestras palabras lo que hemos entendido y pedirle al interlocutor que haga lo mismo.

Tener presente que tanto en la comunicación como en la salud y la seguridad, la obviedad no existe.