|
De sentimientos y emociones
en el trabajo
En la actualidad es normal leer y consumir contenidos con tips que hablen sobre la importancia, no solo de estar sino de crear, ambientes de trabajo saludables que hagan del tiempo transcurrido en él, algo valioso y que aporte de forma positiva al desarrollo emocional de los trabajadores. ¿Pero cuáles son las evidencias reales frente a las emociones en los entornos de trabajo? ¿Están conscientes las empresas de la necesidad de proporcionar ambientes y espacios laborales que tengan en cuenta los sentimientos y salud mental de sus empleados? ¿Alguna vez pensaste que las emociones hacen parte del control de riesgos en las organizaciones?
Los factores de riesgo psicosocial laboral tienen un vínculo estrecho con la manera como se organiza el trabajo, y sus manifestaciones más evidentes, guardan relación con el estrés y generan consecuencias en la salud mental y física de los trabajadores.
La dinámica del mercado actual, con especial énfasis en la competitividad, eficiencia, capacidad de respuesta, servicio al cliente, entre otros factores; empiezan a sumar en la percepción del trabajador frente a su entorno laboral, todo se fusiona con emociones como la felicidad, el miedo, la ira; y con sentimientos de amor, culpabilidad, vergüenza, desconcierto, orgullo, entre otros.
Responder a las exigencias laborales de hoy ha llevado a algunos autores a señalar la importancia creciente que estos factores de riesgo están cobrando como determinantes de la salud laboral. Las más recientes investigaciones en materia de salud y trabajo apuntan a una evidencia del deterioro de la salud física y mental de los trabajadores: estadísticas de la OMS y OIT calculan que, en los países de la Unión Europea, entre un 3% y un 4% del PIB se gasta en problemas de salud mental.
En Colombia, el último informe del Ministerio del Trabajo sobre enfermedad mental aporta altas tasas de depresión, ansiedad, conductas adictivas, entre otras; sin embargo los datos relacionados con el trabajo no fueron objeto de estudio o publicación, pero se estima, a partir de otras experiencias como las europeas, que existe una alta prevalencia de trastornos mentales asociados al trabajo.
Continuando con las estadísticas, la Encuesta Nacional de Condiciones de Salud y Trabajo en el Sistema General de Riesgos Profesionales en Colombia, muestra que los Factores de Riesgo Psicosocial ocupan el segundo lugar de prevalencia, después de los ergonómicos. Así mismo, entre el 20% y 33% de los trabajadores manifestaron sentir estrés relacionado con el trabajo.
Recordemos que la emoción es definida, desde un aspecto fisiológico, cuando una situación o estímulo sea interno o externo, tiene la capacidad de generar una reacción corporal con respuestas involuntarias: cambios en el ritmo cardíaco, respiratorio, aumento en la sudoración, cambios de tensión muscular, sequedad en la boca, presión sanguínea. (Citado por Torres G., Idier A., Ballesteros M., Manuel. 2015).
Las nuevas formas de contratación, las demandas emocionales del trabajo, los periodos laborales con tiempos limitados, el pobre balance entre el trabajo y la vida familiar, están entre los temas a tratar en las proyecciones de los expertos sobre los riesgos psicosociales laborales relacionados con la salud y la seguridad que deberán ser objeto de atención en los años siguientes.
En particular, las demandas emocionales hacen referencia específica a las situaciones afectivas y emocionales propias del contenido de las tareas a cumplir, que tienen la capacidad de interferir con los sentimientos y emociones del trabajador; es algo que se hace evidente en entidades de servicios, en donde los colaboradores son susceptibles de encontrarse con un trato negativo, descalificador o exigente por parte de otras personas al cumplir con las labores inherentes a su quehacer cotidiano.
Aunque no existe una teoría única que explique la manera como se ve afectada la persona por las demandas del trabajo, en particular resulta útil la propuesta de Monte y Peiró (1997, citado por Oramas y Marrero, 2007v), que muestran una perspectiva desde la cual el trabajo con los recursos psicológicos individuales para el afrontamiento de las demandas laborales - entre las que se encuentran las demandas emocionales particularmente asociadas con la labor diaria - muestran un resultado positivo en términos del bienestar para las personas.
De no contar con las estrategias efectivas para el manejo de estas situaciones, el trabajador entra en riesgo no solo de vincularse emocionalmente en una relación de tensión, sino también de afectar el servicio que presta, además de desarrollar a mediano plazo una serie de síntomas asociados con el estrés, impactando ello no solo en su desempeño, sino en sus condiciones de salud mental y bienestar general.
Se deben generar espacios donde las personas puedan identificar las condiciones que determinan las emociones, así como estrategias de afrontamiento más efectivas para dicha exigencia. Lo anterior se convierte en un factor fundamental en el abordaje del cuidado de la salud mental de los trabajadores en su ambiente laboral; todo con miras al mantenimiento de la eficiencia en su desempeño, así como de la percepción de bienestar de las personas en su ambiente de trabajo.
De esta manera, al desarrollar herramientas psicológicas de afrontamiento ante las exigencias emocionales que el empleado debe sortear como parte de su trabajo, se fortalecerán los factores protectores en los entornos de trabajo, para hacer de dichos ambientes, lugares donde se enfoque la atención a una mejor calidad de vida laboral.
• Haz clic aquí para descargar el documento Emociones en el Trabajo. Antecedentes, Concepto, Efectos e Intervención. En él hay apartes sobre las posibilidades de abordaje del trabajo emocional. Con acciones orientadas a las personas y a la organización, entre otras temáticas.
|
|