Cada diciembre los hospitales y los noticieros reportan cientos de casos donde los niños quemados por la pólvora.

Cada diciembre los hospitales y los noticieros reportan cientos de casos donde los niños quemados por la pólvora son los protagonistas. Todos estos casos intentan advertir y documentar suficientemente ante los adultos sobre los peligros y aún así seguimos pensando que todo lo podemos controlar y que sin duda es a otros a quienes les ocurren tales desaciertos. 

No hemos notado que bajo la responsabilidad de los adultos está la vida futura de los niños que simplemente siguen nuestro ejemplo. Sólo tomamos conciencia de nuestra vulnerabilidad como seres humanos, cuando alguno de nuestros familiares mas cercanos sufre un accidente y entonces despertamos dándonos cuenta del grave error cometido al pensar que todas las situaciones se encuentran bajo control en nuestras manos. 

La pólvora es un material explosivo y un poderoso contaminante ambiental. Quizás todos sabemos eso o por lo menos lo hemos escuchado miles de veces; sin embargo, no lo entendemos realmente.

Hay varias clases de pólvora y su composición es variable, pero básicamente se encuentran sustancias oxidantes como el nitrato de potasio, combustibles y detonantes como carbón vegetal y el azufre y el fósforo que le brindan velocidad al encendido y uniformidad a la combustión.  Algunas contienen nitrocelulosa con una mezcla de alcohol, éter y pequeñas cantidades de estabilizantes (aminas) y plastificantes, así como agentes modificadores tales como derivados de nitrotolueno y nitroglicerina. El color de los juegos pirotécnicos se logra agregando sales de metales como el cromo, níquel, litio entre otros muy tóxicos también.

La combustión de la pólvora se puede iniciar con facilidad por efectos de su contacto con: llamas, calor, fricción y golpes, razones que requieren que su manejo sea muy cuidadoso. Al explotar produce considerable cantidad de humo y muchos gases tóxicos.

Debido a la alta sensibilidad de la pólvora a las fricciones, se deben tomar precauciones especiales. La explosión se puede iniciar al ser pisada o restregada.  Por contener material particulado fino, se pueden generar cargas electrostáticas aumentando peligrosamente el riesgo de explosión al encontrar un polo a tierra por ejemplo a través de una persona que simplemente toque el producto.

La pólvora es peligrosa para los adultos y puede ocasionar accidentes mortales a quienes trabajan con ella o simplemente a quienes están cerca; entonces cuanto más lo será para los niños.

Muchas lesiones se producen por una detonación prematura de la pólvora por fallo en el encendido. Por eso, a los adultos con alto sentido de la responsabilidad, que tienen toda la experiencia necesaria y todos los cuidados para no permitir que los niños u otras personas estén expuestos a las quemaduras les recordamos:

En lo posible no use pólvora; visite los lugares destinados para demostraciones en público permitiendo que personas especializadas en juegos pirotécnicos la manejen en beneficio de su propia seguridad y la de su familia. Sin embargo, si insiste en hacerlo tenga en cuenta lo siguiente:

Utilice ropa de fibras naturales como el algodón durante su manejo. Evite el poliéster, la seda, lana o cualquier otro material que pueda generar chispas o que se pueda encender fácilmente.

No permita la cercanía de fumadores ni almacene varios productos en un solo lugar ya que la detonación  accidental de uno desencadena la del siguiente.

No quitarse o ponerse prendas durante la manipulación o mientras la pólvora se encuentra cerca ya que una chispa puede ocasionar detonación.

Use botas de cuero con suelas que no acumulen cargas estáticas (por ejemplo que no sean de goma).

Mantenga sus manos libres de grasa o solventes y lávelas muy bien al terminar la exhibición.

Elaborado por: CISTEMA - SURATEP S.A.