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Publicado para las empresas afiliadas del sector salud / No. 16 /Junio de 2013 |
Articulo
En nuestro pasado boletín sectorial No. 15 “DESECHEMOS” LOS RIESGOS HOSPITALARIOS, informamos de forma incorrecta que el color NEGRO se utilizaba para recopilar el material indicado para estudios anatomopatológicos, cuando en realidad este tipo de material se debe clasificar con el color ROJO, junto con otros elementos biosanitarios, cortopunzantes y químicos citotóxicos. Lo invitamos a conocer nuevamente cómo debe realizarse la correcta separación de los residuos hospitalarios haciendo clic aquí
La calidad no es solo un requisito, es una filosofía
Para nuestros hospitales, EPS e IPS, las acreditaciones en calidad se han convertido en un tema vital. Sus bases ligadas a la prestación del servicio, la competitividad y el mejoramiento continuo, han hecho que sean tomadas no como un requisito a cumplir, sino como la mejor carta de presentación ante sus pacientes y el público en general, demostrando tener procesos de atención con calidad y seguridad. Debido a la importancia de este tema de la acreditaciones, en ARL SURA hemos decidido realizar una serie de artículos, divididos en varias entregas, donde explicaremos al detalle su historia, importancia, implementación, medición y resultados, con el objetivo de fomentar su aplicación e incentivar su práctica en todas las entidades prestadoras de salud de nuestro país. La calidad en la prestación del servicio debe ser nuestra prioridad. Esta frase ha tomado cada vez más trascendencia en cada una de las instituciones prestadoras de salud, durante estos últimos años en nuestro país. Su dimensión, unida a la convicción organizacional que tienen nuestras entidades, han sido la base inicial para prestar servicios seguros y de calidad a todos los pacientes, lo que las convierte en instituciones comprometidas con la salud y el bienestar. Un poco de historia Para comenzar con estas entregas, lo primero será remitirnos a la historia para comprender los inicios de las acreditaciones. Allí nos encontramos que los procesos de acreditación no son un tema nuevo para la medicina. Los primeros registros datan del año 1140 en Italia, donde se buscaba licenciar a los médicos, estableciendo estándares educativos uniformes para llevar a cabo esta labor. Más adelante, en Estados Unidos, el movimiento de garantía de calidad en salud en el año 1917, reunió los primeros estándares para que los hospitales prestaran servicios de salud eficientes. Esto se hizo a través del Colegio Estadounidense de Cirujanos, quienes brindaron las bases para el proceso de acreditación. Actualmente este proceso es liderado por la Comisión Conjunta de Acreditación para las Organizaciones prestadoras de servicios de salud (Joint Commission on Accreditation of Health care Organizations). En América Latina por su parte, a comienzos de la década de los 90 la OPS y la Federación Latinoamericana de hospitales tomaron la iniciativa para desarrollar un manual de acreditación para instituciones de salud en el continente. Teniendo en cuenta la participación que tuvo la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas en dicha iniciativa; nació a partir de la ley 100 de 1993 la acreditación en salud como una forma voluntaria de mejorar la calidad de los servicios (Art.186 Ley 100/93) disposición ratificada por el Art. 42.10 de la Ley 715 de 2001. En el año 2002, a través del Decreto 2309, se reglamentó por primera vez el Sistema Obligatorio de la Garantía de la Calidad para las EPS e IPS, teniendo como uno de sus componentes principales el Sistema único de Acreditación en Salud reglamentado en la resolución 1474 de 2002, dando así lugar a la Acreditación para la prestación de los servicios de Salud en Colombia. El Ministerio de la Protección Social designó al ICONTEC como entidad avalada para el Sistema único de Acreditación en Noviembre de 2003, siendo desde ese momento y hasta la actualidad, el responsable de desarrollar, dirigir, orientar, actualizar y mejorar este sistema. Conceptos claves sobre la calidad En este punto es muy importante aclarar a todas las instituciones, que los procesos de acreditación que se manejan son diferentes a aquellos que se refieren a las habilitaciones para su funcionamiento, puesto que el hecho de poseer una licencia para prestar servicios de atención, no es igual, y no garantiza de forma global la calidad y seguridad en dicha función. Por esto, desde ALR SURA queremos mostrarle los significados y diferencias existentes para aclarar dudas entre ambos tópicos, y fomentar la acreditación como un plus a implementar en el desarrollo de sus funciones:
En nuestra próxima entrega, ahondaremos en los principios, las bases y los alcances que tienen los procesos de acreditación para todas nuestras instituciones. Buscando siempre la motivación como eje fundamental, para que cada una de ellas enfoque sus objetivos hacia los caminos de la calidad y la seguridad en la prestación del servicio para todos sus pacientes.
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